¿Volvemos o no volvemos? El regreso o no a las oficinas está siendo el gran titular de las industrias alrededor del mundo. ¿Cómo volvemos? Es el tema que preocupa y que tiene a los gerentes de personas, consumidos, investigando y creando la modalidad que más se ajuste al bienestar de los empleados y que beneficie la rentabilidad de sus negocios. ¿Es esta la pregunta que nos debemos estar haciendo?
El cerebro humano tarda de 2 a 8 meses en aprender nuevos comportamientos, por lo que hoy somos física y emocionalmente personas distintas a lo que fuimos, modificadas por las circunstancias y los cambios. Volver atrás, a la misma forma de trabajar, suena a algo anticuado, obsoleto y lejano de los impulsores que nos movilizan hoy.
De acuerdo a las últimas investigaciones, el engagement será el nuevo KPI de la fuerza laboral y donde debemos estar realmente poniendo nuestro foco.
¿Qué entendemos por engagement? ¿A qué se refiere esta nueva moda? La respuesta a esta pregunta puede incluir varios componentes que se relacionan con nuestro entorno y con nuestras necesidades y aspiraciones personales, sin embargo, hay un elemento común que lo define como "la posibilidad de contribuir a un propósito colectivo, que nos permita aportar al desarrollo de la sociedad". Equidad, salud, cambio climático son solo algunos ejemplos. Hoy, no pretendemos que las empresas nos mantengan comprometidos por medio de una variedad de beneficios, sino que se comprometan con aquello que es importante para nosotros.
De acuerdo a Linkedin, el porcentaje creciente de las organizaciones que están priorizando el engagement, han visto su costo por contratación reducirse a casi la mitad y la rotación disminuir a un tercio, respecto a años anteriores.
Gestionar en base al engagement, fortalece comunidades, lo que es especialmente valioso en momentos en que más que nunca, buscamos conectividad. El sentido de sociedad, de mundo colectivo, tiene beneficios psicológicos que se ven reflejados directamente en el compromiso y empoderamiento en el trabajo, ya que se fusiona con nuestra naturaleza más genuina. En una actualidad caracterizada por un sistema de trabajo híbrido, donde experimentamos una mezcla de participación análoga y virtual, los líderes que están prestando atención en cómo conectar a sus equipos emocionalmente, están dando un paso adelante, creando un sentido de pertenencia entre equipos dispersos geográficamente, desarrollando resiliencia y disminuyendo el burnout.
Mientras las organizaciones se preparan para volver a reunirse físicamente en las oficinas, tenemos la oportunidad de re-alinear nuestra marca con el propósito y aumentar el compromiso de las personas a través, de lo que es más importante para ellas.
¿Cómo definimos un plan de trabajo adecuado sin perder de vista lo importante?
1. Haz preguntas para indagar sobre lo que las personas realmente piensan, y no para reafirmar lo que quieres escuchar.
¿Qué te hace querer volver a la oficina? ¿Qué de lo que haces te hace sentir más orgulloso? ¿Qué les dices a tus amigos de la empresa a la que perteneces?
Este tipo de preguntas genera empoderamiento y permite identificar brechas entre los comportamientos deseados y los comportamientos reales. Por otro lado, revela insights de lo que los empleados comparten respecto al trabajo, de las demandas de la vida personal y de sus estilos de personalidad.
2. Realza los valores con una narrativa poderosa:
Frente a cambios inesperados, la sabiduría convencional relata que los valores son los que nos ayudarán a navegar por la incertidumbre, manteniendo a los equipos motivados e inspirados. Una marca, es una historia, que conecta con nuestro sentido de identidad, con nuestra forma de expresarnos y con nuestras motivaciones. Las historias son capaces de conectar a las personas directamente con la confianza y la emocionalidad, haciendo que la mente tome un "atajo" y se salte los cuestionamientos de carácter lógico y racionales.
Una buena narrativa de marca, que ilustre el por qué hacemos lo que hacemos, ayuda a los líderes a transmitir una visión estable a futuro, a compartir un camino, que activa comportamientos que le darán vida a ese relato, independientemente de las circunstancias.
3. Permite que los equipos construyan experiencias significativas.
Piensa en aquellos símbolos, rituales, lenguajes que son vitales para la cultura de tu empresa. ¿Han podido ser traspasados o traducidos a la experiencia de trabajo remoto? ¿Pueden todos, independientemente de su ubicación, acceder a ellos? Los rituales facilitan las relaciones, permiten celebrar éxitos y crear oportunidades de alegría colectiva, que nos permiten ser promotores auténticos de nuestra marca organizacional.
Hacer las preguntas adecuadas, inspirar a través de un relato y conectar a las personas a través de experiencias significativas, son pasos adelante en el camino hacia el engagement. El alcance de estas acciones, no solo traerá beneficios y avances en nuestra productividad, sino que conformarán nuestra marca y alinearán la estrategia con un fin común, independientemente de dónde y cómo trabajemos.
Escrito por: Macarena Bustos
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